Anteriormente recordábamos a casta navarra en este mismo
blog, hoy trataremos a otro protagonista de ‘la fiesta’, hoy hablaremos de un
matador de toros aragonés que tal vez no sea uno de los más conocidos, ni de
los más recordados, pero si quizás, uno de los que más valor tuvo delante del
toro, tanto, que hasta hace bien poco la peña que lleva su nombre, otorgaba el
premio ‘al valor’ en nuestra feria del Pilar, o tanto, que fue conocido por la
prensa de Madrid como ‘el león de Ricla’. Braulio Lausín ‘Gitanillo’, torero
natural de la localidad zaragozana de Ricla, torero en los años veinte del
pasado siglo, gran amigo fue de Ignacio Sánchez Mejías y no murió de cornada,
como alguien dijo en un conocido pregón, aunque cerca estuvo en varias ocasiones.
Dar gran repaso a su vida nos llevaría abundantes páginas, y quizás aburriera a más de uno, así que contaremos una pequeña historia, que sucedió en Madrid durante las ferias de S. Isidro de 1924 y 1925, ambas un dieciséis de mayo; un relato de sangre y de triunfo.
16 de mayo de 1924, Madrid, el lleno era casi completo, y la
temperatura de pleno verano. En el primero de la tarde, Marcial Lalanda no
estuvo muy acertado y oyó una buena pita. En el segundo Nicanor Villalta, a
pesar de que la res no estuvo por la labor, fue aplaudido. Y llegó el tercero, ‘Rompelanzas’
de Santa Coloma, muy nervioso. Gitanillo emocionó a la asamblea con unas
verónicas, ceñidísimas y escalofriantes. Con los avíos de matar, dio muletazos
con ambas manos, derrochando valentía; pero el público más fiero aún que el
toro, no se conformó y pidió más actos de valentía. El torero clavó ambas
rodillas en tierra a corta distancia del hocico del Santa Coloma. Le dio dos
enormes pases de pecho sin alzarse de la arena. Al intentar otro muletazo más, ‘Rompelanzas’
se revolvió rápidamente y propinó enorme cornada, apreciable por el rastro de
sangre que dejó tras ser llevado a la enfermería. Braulio sufrió una cornada de treinta centímetros que le
rompió, entre otras partes, la vena femoral.
16 de mayo de 1925, de nuevo Madrid, de nuevo San Isidro, de
nuevo Santa Coloma. ‘Gitanillo’ volvió a la feria un año después de la
gravísima cornada que lo tuvo al borde de la muerte. Salió el sexto de la
tarde, y enseguida, como era natural en él, rebosó valentía. Su faena, integra
con la mano izquierda, estuvo basada en el temple. En un momento dado, puso
rodillas en tierra como hiciera un año atrás, resulta cogido nuevamente, pero
esta vez no es calado por el animal. En la suerte suprema, entra con decisión y
rectitud, Braulio salió a hombros de Madrid, esta vez, por la puerta grande.
Quiero recomendar una página que hago en Facebook, donde hay
algo más de información:
Fuente: Hemeroteca ABC Madrid, biblioteca de Madrid.
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